La Sierra de Santa Cruz ha servido de escenario para que durante milenios se muestren todo tipo de ritos y manifestaciones espirituales, visibles hoy día en altares rupestres, menhires, trilitos, puertas iniciáticas, asientos-trono, antropomorfos, zoomorfos, grabados rupestres, cazoletas y un largo etcétera.
Su forma triangular que se yergue desde el llano hacia los Dioses ha sido vista como un auténtico tótem por todas las civilizaciones que por ella han pasado.
La energía que emerge entre sus piedras complementan esta realidad espiritual.