Sentirse entre lo más íntimo del espíritu de toda una tierra es algo muy especial. Estar en el centro de un sentimiento es una vivencia única.
La Sierra de Santa Cruz es el eje histórico sobre el que rota toda Extremadura y la gran Lusitania. Un territorio tocado por los espíritus de los tiempos, que dejaron su mejor prenda entre las piedras del batolito que se yergue exultante hacia el cielo.